Los deportes son fantásticos para la gente joven porque no solo ofrecen beneficios en el área de la salud física, sino también en lo social, emocional, mental y educativo. Cuando se compara a quienes participan en deportes juveniles frente a quienes no lo hacen, los deportistas juveniles tienen tasas más bajas de ansiedad y depresión, mejor autoestima, menos consumo de sustancias adictivas, mejores habilidades de vida, logros académicos más altos y, en general, una mejor calidad de vida.
Sin embargo, la participación en los deportes viene ligada a posibles riesgos, incluidas las lesiones. Las lesiones en los deportistas juveniles son diferentes puesto que todavía están en proceso de crecimiento y son más vulnerables a lesionarse. Ciertos deportes conllevan el riesgo de ciertas lesiones que ocurren con frecuencia, aunque toda actividad puede derivar en cualquier tipo de lesión. Los tipos de lesiones pueden ser debido a traumatismos o por exceso de uso.
Lesiones por traumatismos
Las lesiones por traumatismos generalmente ocurren de forma repentina y la causa principal es una torcedura, una caída o un choque. Estas lesiones generalmente ocurren cuando el jugador interactúa con el ambiente deportivo y entre los ejemplos más comunes están las fracturas óseas, la torcedura de ligamentos, la distensión de músculos y tendones, así como los cortes o las abrasiones en la piel. Otras lesiones (como contusiones o aquellas que afectan otros órganos) son menos comunes.
Las lesiones por traumatismos son más difíciles de evitar. Por ejemplo, algunos deportes, como el fútbol americano, incluyen numerosos choques intencionales que son parte del juego y crean un mayor riesgo de lesiones. El fútbol tiene menos choques; pero, aun así, existe una posibilidad significativa de que algunas partes del cuerpo reciban golpes o presenten torceduras. Esto significa que los deportistas están predispuestos a lesiones en las extremidades inferiores, la cabeza y el cuello.
A veces estas lesiones ocurren simplemente por
caminar o correr en una superficie irregular. Otros deportes, como la carrera a
campo traviesa, la animación deportiva y el baile, no ocasionan la misma
cantidad de lesiones por traumatismos pese a que existe el riesgo de caídas y
fracturas óseas.
Algunas estrategias que pueden considerarse
para disminuir el riesgo de una lesión por traumatismo son las
siguientes:
Iniciar programas para la prevención de
lesiones. La debilidad o ciertos patrones de movimiento pueden incrementar
el riesgo de lesiones. En estos casos, los instrumentos de detección pueden
buscar patrones de movimiento y tratar de predecir el riesgo de lesiones. El
objetivo de los programas es prevenir lesiones; por ejemplo, varios programas
tratan de prevenir los desgarros del ligamento cruzado anterior. Un profesional
de medicina deportiva puede guiarle a fin de encontrar recursos para la
detección y prevención de lesiones. Además, usted puede buscar programas para la prevención de lesiones en hospitales
comunitarios y en organizaciones de atención médica.
Usar el equipo adecuado y asegurarse de que se
ajuste correctamente a la medida del deportista. En muchos deportes se usa
equipo de protección como cascos, protectores bucales, protectores para los
ojos, indumentaria de protección, abrazaderas y férulas. El equipo se creó para
proteger a los deportistas contra las lesiones, pero cuando no se usa
adecuadamente, tampoco suele ser eficaz. Los entrenadores deportivos de las
escuelas, los profesionales médicos o los oficiales de las distintas ligas
pueden ayudarle a encontrar recursos de manera que el equipo sea el adecuado
para cada deportista.
Asegurarse de que los estudiantes que hacen
deporte sigan las reglas del juego. Muchos deportes tienen reglas
establecidas para proteger a los jóvenes deportistas de lesiones, incluida la
prohibición de placajes peligrosos en fútbol americano o ciertos tipos de
golpes contra el oponente que se consideran ilegales en hockey. El riesgo de
lesiones disminuye cuando se siguen las reglas del juego y se promueve
cambiarlas para mayor seguridad.
Completar la rehabilitación de las lesiones antes de empezar o retomar la práctica del deporte o de la actividad. Aún un simple esguince de tobillo puede ser problemático cuando no se rehabilita adecuadamente. Es importante que un deportista lesionado trabaje con alguien que sepa sobre la rehabilitación de lesiones antes de volver a jugar. Se ha demostrado que las lesiones en una parte del cuerpo pueden aumentar el riesgo de lesionar otras áreas; por lo tanto, hay que tomar precauciones con todo tipo de lesión y asegurarse de que la reanudación de la práctica del deporte sea segura. Busque un profesional con experiencia en deportes.
Lesiones por exceso de uso
Las lesiones por exceso de uso ocurren de forma
gradual, con el tiempo y a menudo se deben a la repetición del mismo movimiento
o a la tensión ejercida sobre ciertas estructuras del cuerpo, lo que acompañado
de una recuperación inadecuada y falta de descanso resulta en una lesión.
Algunos ejemplos de esto son las fracturas por estrés, la tendinitis, la
tendinopatía, y la apofisitis que es una lesión por estrés en los centros de
crecimiento óseo.
Al igual que en las lesiones por traumatismo, algunos deportes conllevan riesgos más altos para sufrir ciertos tipos de lesiones por exceso de uso. Los corredores tienen un riesgo más alto de presentar lesiones por exceso de uso de las extremidades inferiores, mientras que los tenistas, los nadadores y los beisbolistas tienen un riesgo más alto de presentar lesiones por exceso de uso de las extremidades superiores. Las lesiones por exceso de uso son más prevenibles, puesto que comúnmente son el resultado de errores de entrenamiento, de una carga excesiva o de tensionar una parte específica del cuerpo.
Algunas estrategias que pueden considerarse
para disminuir el riesgo de lesión traumática incluyen las siguientes:
Comenzar a entrenar antes del inicio de la
temporada. El aumento rápido de la actividad al entrenar o los cambios
repentinos en el tipo de entrenamiento pueden ser factores de riesgo para
desarrollar ciertas lesiones, puesto que los tejidos no tienen el tiempo
suficiente de acomodarse a las nuevas exigencias y corren el riesgo de sufrir
daños. Iniciar un entrenamiento progresivo varias semanas antes de la temporada
puede preparar al deportista juvenil para las mayores exigencias que se
presentan durante la temporada.
Asegurarse de que la hidratación y la nutrición
sean adecuadas. No contar con suficiente energía e hidratación es un
factor de riesgo para sufrir lesiones; por ejemplo, en las carreras a campo
traviesa o en el baile, los deportistas tienen un gasto de energía muy alto,
con un consumo de energía relativamente bajo. Esto aumenta el riesgo de lesión,
especialmente de fracturas por sobrecarga.
Seguir las recomendaciones de descanso y
entrenamiento. El descanso inadecuado o el entrenamiento excesivo aumentan
el riesgo de sufrir lesiones y entrenar más no es siempre mejor. Quienes
participan en deportes todo el año, o los siete días de la semana, corren más
riesgo de lesionarse, en comparación con aquellos que tienen periodos de
descanso.
Prestar atención al cuerpo. Existe una diferencia entre el dolor y la lesión. En general, la mayoría de los dolores, como el dolor muscular, mejoran con el tiempo o con el descanso. El dolor persistente es una señal que el cuerpo envía cuando existe una lesión más preocupante. Los estudiantes que son deportistas pueden titubear y no mencionar sus inquietudes, por lo que siempre vale la pena hablar con los jóvenes y animarlos a decir que no se sienten bien.
A pesar de hacer todo lo posible para disminuir
el riesgo, siempre puede ocurrir una lesión.
A veces, puede ser difícil diferenciar entre el dolor y la lesión, pero considere estos consejos, estas recomendaciones de tratamiento y esta guía para decidir cuándo pueden los estudiantes que hacen deporte volver al campo de juego:
Una evaluación médica es necesaria para una lesión
en los siguientes casos:
El dolor es muy intenso, no mejora con el
descanso o empeora con el tiempo y con la actividad.
La lesión causa pérdida de la función, tal como
incapacidad para caminar, lanzar o mover una parte del cuerpo
completamente.
Las lesiones se presentan con una deformidad
obvia o hinchazón considerable.
El resultado de las lesiones es que el deportista ya no disfruta del deporte o ya no puede continuar con los entrenamientos.
Después de la lesión, los pasos iniciales que
pueden tomar son los siguientes:
Descansar y evitar toda actividad que cause
dolor, porque es importante permitir que el tejido sane.
Aplicar hielo, elevar la parte lesionada,
ejercer compresión y administrar medicamentos antiinflamatorios, si es
necesario para manejar el dolor y disminuir la hinchazón y la
inflamación.
Trabajar para mantener patrones de movimiento
que no causen dolor, a fin de evitar rigidez y atrofia. Esto básicamente ayuda
a volver más pronto a la práctica de los deportes.
Hable con un especialista en medicina del deporte acerca de cómo acelerar la recuperación.
Consideraciones para regresar al juego.
Cada lesión y cada deportista son diferentes y
siempre es recomendable seguir el consejo de un profesional médico. Sin
embargo, antes de que los deportistas regresen al campo de juego, deberían
tener muy poco o nada de dolor, contar con un rango de movimiento completo,
haber recuperado toda la fuerza y lo que es más importante, poder realizar
actividades específicas de manera segura para satisfacer las exigencias del
deporte. A mis pacientes les digo que si tienen dudas, permanezcan en la banca.