El lavado de dinero es un delito que trasciende fronteras pero que, por fortuna, en países de Centroamérica y el Caribe se busca enfrentar con acciones en materia de regulación, prevención y detección que han alcanzado avances significativos.
Uno de los cambios más actuales que se han dado en la región radica en El Salvador donde, en 2023, entró a regir una guía actualizada de prevención, detección y control del lavado de dinero y de activos que las empresas deben adoptar dentro de sus programas de cumplimiento.
El llamado instructivo UIF versión 2 dicta la pauta a seguir para cumplir con las obligaciones contenidas en la Ley contra el Lavado de Dinero y de Activos y Ley Especial Contra Actos de Terrorismo.
Para Zoltán Rodas, Gerente Senior de Servicios Forenses y de Integridad de EY, entre algunos de los hitos más importantes que reflejan el compromiso de la región en la lucha contra el lavado de dinero y activos, están:
- Adopción de estándares internacionales: Los países centroamericanos han trabajado para alinear sus leyes y regulaciones con los estándares internacionales establecidos por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Esto incluye la implementación de medidas de debida diligencia, reportes de operaciones sospechosas y regulaciones sobre financiamiento del terrorismo.
- Creación de Unidades de Inteligencia Financiera: Varios países han establecido Unidades de Inteligencia Financiera (UIF) o entidades similares encargadas de recibir, analizar y difundir información sobre transacciones financieras sospechosas a las autoridades competentes. Esto ha mejorado la cooperación entre agencias y la detección de actividades ilícitas.
- Regulación de sectores vulnerables: Los países han extendido sus regulaciones más allá del sector financiero, abarcando sectores vulnerables como bienes raíces, casinos, profesionales no financieros, entre otros. Esto ayuda a prevenir el uso indebido de estos sectores para el lavado de activos.
- Capacitación y sensibilización: Se han llevado a cabo programas de capacitación y concienciación dirigidos a profesionales financieros, empleados de instituciones financieras y otros actores relevantes. Esto fomenta una comprensión sólida de los riesgos y la importancia de la prevención.
- Mejora en tecnología y cooperación: La implementación de tecnologías más avanzadas para la supervisión y monitoreo de transacciones financieras ha mejorado la capacidad de detección de transacciones sospechosas. Además, existe un aumento en la cooperación entre países y entidades internacionales en la lucha contra el lavado de dinero.
- Ampliación de penas y sanciones: Varios países han revisado y fortalecido las sanciones y penas para los delitos relacionados con el lavado de dinero y activos. Esto disuade a los posibles infractores y fortalece el sistema de justicia.
Dentro de los mayores desafíos que enfrentan los países de la región al implementar y cumplir eficazmente las medidas de prevención se encuentran: los sectores informales y no regulados, cooperación internacional, conocimiento limitado y falta de recursos y capacidades.
Con respecto a la evolución tecnológica, el especialista comentó que ha tenido un impacto significativo en las estrategias de lavado de dinero.
Aunque los avances tecnológicos han brindado a los delincuentes nuevas herramientas y oportunidades para llevar a cabo actividades de lavado de dinero de manera más sofisticada y encubierta, los países han reconocido la necesidad de adaptarse a estos nuevos desafíos, respondiendo con acciones como: actualización de regulaciones, fortalecimiento de la supervisión tecnológica, entrenamiento y capacitación, colaboración con la industria tecnológica, comunicación internacional e inversión en tecnología.
“Estos
avances son un testimonio del compromiso de la región para prevenir y combatir
el lavado de dinero y activos. Sin embargo, también persisten desafíos, como la
falta de recursos y capacidades, la cooperación internacional, y la adaptación
a las nuevas tecnologías. La cooperación entre países y la colaboración entre
el sector público y privado siguen siendo esenciales para abordar estos desafíos
y continuar fortaleciendo los esfuerzos en la prevención del lavado de dinero y
activos en Centroamérica y el Caribe”, concluyó el especialista.
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